Pocos deportes ofrecen los valores y consiguen tantas cosas como el ciclismo, el ciclismo solidario…
Soy Adolfo Sánchez, una persona normal a la que le gusta el ciclismo que lleva toda la vida vinculado a él. También está Lucía, el motivo de esta historia. Ella es la hija de un compañero de trabajo, tiene seis añitos y tiene una enfermedad rara llamada síndrome 5 P negativo.
Un día tomando un café con su padre, después de un año trabajando juntos, me di cuenta su situación y decidí ayudarle aún sin saber qué podía hacer por ella. Le dimos vueltas y vueltas y surgió el reto, un reto que llamaríamos de Lucía, una forma para ayudar económicamente a la familia para que pudiera tener recursos para multitud de terapias que necesitaba la niña.
Se me ocurrió hacer el reto y vender los kilómetros. Además de eso algunos de nuestros proveedores se hicieron eco de la llamada volcándose e inyectando a la familia miles de euros, que al final han sido 11.200€, más la donación por parte del premiado del importe (1500€) por un viaje que sorteamos, cedido por nuestro jefe en Grupo Jarama, Andrés Mateo, auténticamente volcado en la historia y al que esta familia le debe mucho.
Hemos ido vendiendo papeletas por el valor de un euro y el dinero se ha destinado a terapias y utensilios que le hicieran la vida más fácil. El año pasado pudo adaptarse el dormitorio a sus necesidades.
Antes de iniciar el reto, el pasado 5 de agosto, tuve una caída y me fracturé la cabeza del radio, aunque me aconsejaron los médicos no hacerlo o aplazarlo por riesgo de nueva fractura, decidí antes de anular, ir día a día y poco a poco fui consiguiendo las mejoras mínimas que me permitieran montarme en la bici.
No fue sencillo, desde El Casar de Talamanca hasta la cima del Tourmalet, pasando por Pamplona, hay un total 640km y 8000 metros de desnivel positivo, desarrollados en cuatro etapas: las dos primeras etapas muchísimo aire en contra, la tercera con algo de agua y agua-nieve y mucho frío en el descenso de Portalet y el cuarto día, bastante duro con las ascensiones de Aubisque y Tourmalet, la llegada reconozco que me emocioné.
Una vez más el ciclismo se ha distinguido como un deporte que refleja el esfuerzo para conseguir las cosas, creo que la gente valora mucho este tipo de iniciativas.
Por Adolfo Sánchez